El 40,4% de las mujeres en España sufrió acoso sexual en algún momento de su vida, el 17,3% de ellas en el ámbito laboral. Las consecuencias para la salud mental de sufrir violencia pueden ser muy graves.
La Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA lanza en redes su campaña #NosotrasSíContamos, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra hoy, 25 de noviembre. Este año, centrada en la lucha contra las violencias machistas en el entorno de trabajo.
El acoso sexual, la brecha salarial, el acoso laboral por razón de sexo, la feminización de ciertos empleos, la preacarización o la discriminación por ejercer derechos laborales reconocidos, son algunas de las violencias que muchas mujeres enfrentan en sus trabajos.
Con una serie de infografías y un vídeo, SALUD MENTAL ESPAÑA recoge estas situaciones y algunas consecuencias psicolígicas que desencadenan. En muchos casos, devastadoras.
Sacando a la luz todas las violencias
El acoso sexual es, quizás, la violencia más evidente. Abarca desde los comentarios obscenos o bromas de carácter sexual, hasta el contacto físico no consentido y la agresión física, pasando por el envío de mensajes de contenido sexual a cambio de mejoras laborales o bajo amenaza de despido.
Pero no es el único. La camapaña #NosotrasSíContamos denuncia también como violencias todas las discriminaciones, abusos o humillaciones por razón de sexo.
La sobrecarga de trabajo es una fe las formas de violencia más comunes. También ocupa un lugar importante la brecha salarial, que en 2022 se situaba en el 15,7% de diferencia mensual bruta entre hombres y mujeres.
También apuntan a la discriminación o acoso que sufren las mujeres por ejercer derechos reconocidos como el de conciliar o por pedir la baja por menstruación, reconocida desde el 2023.
Y no olvidan tampoco la precariedad salarial que acompaña a los trabajos feminizados. El trabajo doméstico, especialmente, es el sector más feminizado y donde se producen mayores situaciones de abuso debido a la mayor vulnerabilidad de las mujeres de este sector.
La triple discriminación de las mujeres con problemas de salud mental
Frente a las mujeres que desarrollan un problema de salud mental derivado de las violencias en los entornos laborales, se encuentran las mujeres con un problema de salud mental que intentan conseguir o mantener un puesto de trabajo.
Sufren una triple discriminación: por ser mujer, por tener una discapacidad y por tener un problema de salud mental.
Para ellas, el riesgo de sufrir violencia en el entorno laboral es mayor. Lo que puede acentuar su enfermedad, provocar que tengan que dejar de trabajar y, con eso, que pierdan autonomía y autoestima.
3 de cada 4
No pasa solamente en el entorno laboral. Las mujeres con problemas de salud mental también tienen más posibilidades de sufrir violencia de género dentro de la familia o de la pareja.
Desde Saúde Mental FEAFES Galicia quisimos poner el foco en esta realidad. La posibilidad de sufrir violencia de género para las mujeres con problemas de salud mental se multiplica entre 2 y 4 en relación al resto de mujeres. Y muchas de ellas no son conscientes de la situación que están viviendo. Carecen de las herramientas necesarias para identificar su situación y, por tanto, para poder pedir ayuda o incluso denunciar.
También queremos señalar que, cuando denuncian su situación, las mujeres con problemas de salud mental tienen mayor dificultad para ser creídas. Argumentos como que «están descompensadas psicológicamente», «exageran la situación» o que «ellas provocan esa violencia con su comportamiento», no sólo impiden que se actúe para protegerlas, sino que provoca que muchas de ellas no denuncien.
Desde Saúde Mental FEAFES Galicia reivindicamos la necesidad de apoyar como es debido a las mujeres víctimas de violencia con problemas de salud mental. Pra eso es necesario escucharlas, atenderlas y respetar sus decisiones y sus tiempos; no culpabilizarlas ni juzgarlas; apoyarlas respetando su autonomía y darles herramientas que refuercen su autoestima y empoderamiento.