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Según el censo de la Consellería de Traballo e Benestar, en Galicia hay más de 41.500 personas que padecen alguna enfermedad mental, siendo esta la segunda causa de discapacidad en nuestra comunidad después de la física. Además, se trata de la discapacidad que más aumentó en los últimos años, pasando de 19.900 personas diagnosticadas en 2009 a 41.533 en 2014.

Cabe destacar también que estos datos no reflejan la incidencia real de la enfermedad mental, pues se trata tan solo de las personas que solicitaron el certificado de minusvalía por esta causa. Fuera de este censo queda un número importante de personas que tienen discapacidad por enfermedad mental pero no solicitaron el certificado de minusvalía, generalmente por miedo a los prejuicios sociales asociados a estos trastornos.

No obstante, según un estudio realizado por FEAFES Galicia en el 2013, se estima que entre el 2,5 y el 3% de la población gallega tiene algún tipo de enfermedad mental, una cifra alarmante que contrasta con el poco conocimiento que existe hacia estas patologías. La enfermedad mental sigue siendo tremendamente invisible, y esto se traduce en un gran rechazo social hacia este colectivo que genera importantes trabas en su recuperación.

Paciente y familia, afectados por igual

La enfermedad mental es un trastorno altamente incapacitante para la persona que la padece, pero también supone una enorme carga para sus allegados. “Cuando aparece una enfermedad mental, se pierde el ciclo vital de la persona, pues este se rompe y no se sabe cuándo ni cómo va a arrancar de nuevo. Los cuidadores también sufren un retraimiento social porque el cuidado de la enfermedad mental implica una gran dedicación” indica Xosé Ramón Girón, presidente de FEAFES Galicia.

Según la “Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud”, la prestación de atención a la salud mental realizada por cuidadores informales supone el 88% del total de la atención a este colectivo en España. En este aspecto cobra una gran importancia el trabajo que realizan las asociaciones de salud mental federadas en FEAFES Galicia, pues ayudan al enfermo y a la familia a asimilar su situación y a relacionarse con el entorno. 

Un tobogán hacia la exclusión social

Una de las realidades más preocupantes en torno a la discapacidad por enfermedad mental es la estrecha vinculación que guarda con la exclusión social. A lo largo de los últimos años, FEAFES Galicia constató que el porcentaje de personas en riesgo de exclusión social que padece una enfermedad mental supera altamente la incidencia del resto de la población, concretamente en el caso de personas sin techo, reclusos en centros penitenciarios y personas que se encuentran bajo tutelas públicas.

Actualmente, en torno al 50% de las personas sin hogar sufren enfermedad mental y cuatro de cada diez requieren un tratamiento psiquiátrico. Por falta de recursos, los Servicios de Salud Mental no pueden atender de forma adecuada a este colectivo, que se encuentra con numerosas dificultades para su curación como la imposibilidad de seguir la medicación. 

Por eso, FEAFES Galicia quiere llamar la atención sobre la vital importancia de una atención adecuada para este colectivo, la cual pasa por un abordaje completo de su situación atendiendo a todos sus condicionantes y a los de su entorno. FEAFES Galicia reclama la dotación de apoyos y soportes que permitan hacer frente a la plena realidad de estas personas; la detección precoz, la continuidad en los tratamientos y el apoyo a la autonomía de los pacientes son ejes en los que se debería trabajar para mejorar esta situación.  

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