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El  fallecimiento por suicidio constituye un grave problema de salud pública debido al número de personas afectadas, siendo la principal causa no natural de mortalidad en Galicia y en España. La cifra de suicidios en Galicia nunca disminuyó de los 300 casos desde el 2012, alcanzando 345 en 2016. Para darnos cuenta de la magnitud del problema, cabe decir que este año las muertes por suicidio fueron 2,44 veces superiores a las muertes por accidente de tráfico.
Los especialistas coinciden en que la mayoría de estos fallecimientos se podrían prever y que el mayor enemigo a batir es el tabú y el estigma social que rodea el suicidio, el cual impide a la persona pedir ayuda. Una parte importante de los suicidios se podrían, por tanto, evitar, y para eso es preciso visibilizar el problema e instar a las autoridades a que elaboren planes de prevención y actuación, dotados con los recursos materiales y humanos necesarios.
El tratamiento del suicidio debería pasar por un abordaje transversal para mitigar sus efectos: prevención, detección, diagnóstico, tratamiento y continuidad de cuidado de los trastornos mentales. No debemos olvidar que, según la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, la tasa de mortalidad por suicidio de las personas que presentan un trastorno esquizofrénico es 9 veces mayor que la de la población general, en la depresión mayor el riesgo de suicidio se multiplica por 21, en los trastornos de alimentación por 33 y en las toxicomanías por 86. 
En nuestra sociedad existen obstáculos cuando queremos a hablar sobre suicidio. La OMS denuncia que éste está peligrosamente acompañado de palabras como estigma y tabú, impidiendo que las familias, allegados, personas que tuvieron experiencia de suicidio en primera persona y los responsables públicos hablen del tema de manera abierta y efectiva. 
El Día Mundial de la Prevención del Suicidio es una fecha propicia para hacer un llamamiento a aumentar la concienciación social y evidenciar la necesidad de mejorar la prevención y el control de los suicidios. Para eso, es necesario  el control ambiental de los factores de riesgo, la difusión idónea de la información,  la mejora de la eficacia de las intervenciones en las áreas de salud mental y la eliminación del tabú que existe en torno a este tema.
También es imprescindible orientar  y acompañar la aquellas personas que puedan encontrarse en situaciones de riesgo, personas que tuvieron experiencia de suicidio en primera persona y sus familiares, así como trabajar en la desestigmatización y la culpabilización de la conducta suicida. 
La prevención del suicidio es posible. Requiere una estrategia multisectorial e integrada en la que ámbitos como el sanitario, el educativo, el social o los medios de comunicación tracen estrategias coordinadas de reducción de los factores de riesgo asociados con esta realidad.
El suicido es la primera causa de muerte no natural en España, donde cada día se quitan la vida una media de 10 personas. La cifra de suicidios en nuestro país crece por tercer año consecutivo, doblando a los fallecidos por accidente de tráfico. Según la OMS, en el mundo mueren más de 800.000 personas cada año por esta causa, y por cada adulto que se suicidó, otros 20 intentaron hacerlo.
Galicia no es ajena a esta realidad. Vivimos en la segunda comunidad autónoma española con la tasa más elevada de fallecidos por suicidio, 333 según las últimas informaciones del Instituto Nacional de Estadística. Esto supone más de 12 muertos por cada 100.000 habitantes, superando la cifra de un muerto por día.
El Día Mundial de la Prevención del Suicidio es una fecha propicia para llamar la atención sobre esta situación y evidenciar la necesidad de mejorar su prevención y control.  Para ello, es necesario el tratamiento eficaz de los trastornos mentales, el control medioambiental de los factores de riesgo, la difusión adecuada de la información y la eliminación del tabú que existe en torno a este tema.
Las enfermedades mentales, especialmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol, son un importante factor de riesgo del suicidio; la OMS calcula que desencadenan el 90% de los casos. Igualmente,  la falta de integración en la sociedad favorece el comportamiento suicida, por lo que es fundamental abordar correctamente la intervención de los trastornos mentales y luchar contra el estigma que los rodea.
Actualmente, la prevención del suicidio es una necesidad que aún no se ha abordado de forma adecuada a nivel mundial, fundamentalmente por la falta de sensibilización acerca de la gravedad del problema y por el tabú que lo rodea. Los datos demuestran que la prevención y el tratamiento adecuado de estos trastornos mentales reducen las tasas de suicidio, al igual que el seguimiento de aquellas personas que han intentado hacerlo.
Cabe destacar también que la prevención del suicidio exige un enfoque innovador, integral y multisectorial, en el que es precisa la intervención tanto del sector de la salud como el de la educación, el mundo laboral, la justicia, el derecho, la política y los medios de comunicación. Desde FEAFES Galicia queremos llamar la atención sobre la necesidad de tomar conciencia de esta situación y llevar a cabo medidas sólidas y eficaces para poder evitarla.