«Para cuidar a la juventud hay que tener en cuenta a la juventud», dice Paula, 23 años, alumna de Bellas Artes y una de las 4 protagonistas del vídeo que lanzamos hoy con motivo del Día Mundial de la Salud Mental.
Esta celebración, que cuenta con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), centra su temática este año en la salud mental en la infancia y la juventud, una materia pendiente a nivel sanitario, social y educativo.
Desde Saúde Mental FEAFES Galicia, quisimos conocer de primera mano las inquietudes de los y las jóvenes respecto a esta materia. Para ello recogimos el
testimonio de 4 chicos y chicas en un vídeo que hoy lanzamos en nuestras redes.
Yara(25), Marta(24), Pablo(22) y Paula(23) ponen voz a una generación que considera que, aunque actualmente se está tratando de normalizar la salud mental, todavía queda mucho por hacer.
La falta de recursos, tanto económicos como humanos, hace que la atención a la salud mental sea insuficiente en un contexto en el que los problemas de esta índole de la población infanto-juvenil está aumentando. La inacción supone pérdidas de vidas humanas y problemas en familias, comunidades y la economía.
El suicidio, por ejemplo, supone un problema real entre la población joven. «Algo va mal si el suicidio es una de las principales causas de muerte y no estamos hablando de ello», reflexiona con preocupación Yara. Reconocen también que los recursos y las ayudas siguen siendo todavía insuficientes. Marta advierte que «las listas de espera para ir a un psicólogo público son interminables y las citas muy espaciadas, lo que hace insostenible llevar un tratamiento adecuado.»
La situación es grave. Según la OMS, una de cada siete personas jóvenes de 10 a 19 años tiene algún problema de salud mental en todo el mundo. La pandemia agravó problemas existentes a los que no se les prestó la atención necesaria, a la vez que fue causante de nuevos problemas, provocando un aumento del 47% en los trastornos de salud mental en los menores de edad.
Las protagonistas de nuestro vídeo reconocen algunos de los factores que afectan negativamente a la salud mental de la juventud: las constantes exposiciones a estímulos, las redes sociales o la incertidumbre sobre el futuro, son las principales.
También señalan que no siempre es fácil hablar de ello. El estigma sigue teniendo una gran presencia en la sociedad e, intencionado o no, dificulta que los niños, niñas y adolescentes busquen tratamiento o apoyo. Pablo, Marta, Paula y Yara lo tienen claro: «ante todo, no debemos juzgar».
Por todo esto, aprovechamos la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental para recordar que la protección de la salud mental de la infancia y la juventud es deber de toda la sociedad. Es importante involucrar a las familias y a las instituciones educativas en la prevención, desarrollando técnicas de detección temprana, intervención precoz y un clima relacional
positivo y saludable en el contexto educativo, familiar y social.
Además, es necesario que la salud mental tenga un espacio relevante en la agenda política con el fin de revertir la advertencia de la OMS, que indica que los problemas de salud mental serán la primera causa de discapacidad en 2030.